lunes, 20 de febrero de 2012

Equipo


Ayer hablando con un amigo salió una anécdota de una partida (al final os la comentaré) que luego posteriormente me hizo pensar en el tema del equipo en las partidas de rol, independientemente del juego que tengamos entre manos, las listas de equipo suelen tender a desarrollarse de varias  formas, pueden adquirir proporciones gigantescas en las que el jugador lleva absolutamente de todo y aun respetando los límites de carga o peso del pertinente sistema cuesta imaginar al personaje cargando con semejante cantidad de equipo  (me cuento en este grupo) o ser extremadamente escuetas en las que el solo aparecen contados objetos y el jugador pone algún termino generalista del tipo equipo de viaje y a la hora de la verdad ese equipo de viaje parece contener de todo.
Supongo que esto depende de la permisibilidad o importancia que le demos a la lista de equipo en nuestras partidas, no sé si es un aspecto del juego al que le deis mucha importancia o tengáis muy en cuenta, si bien hay situaciones en las que el equipo puede suponer una gran diferencia si estamos encerrados en un dungeon con escasas provisiones, hay que escalar una montaña escarpada o nos enfrentamos a condiciones climáticas muy adversas. Personalmente y mientras el equipo encaje en el sistema de carga y sea razonable su transporte suelo ser bastante permisivo con este aspecto, aunque también me gusta hacer ciertos repasos a las listas de equipo de mis jugadores, especialmente cuando preveo que puede ser importante para el desarrollo de la partida y preveo su utilización para evitar apariciones mágicas. Muchas veces las listas de equipo pueden parecernos muy extensas si bien hay que tener en cuenta que normalmente nuestros personajes suelen ser aventureros acostumbrados al camino  quiero pensar que puede organizar el equipo de una manera más competente de lo que nosotros seriamos capaces aunque siempre tiene que haber algún limite. Durante una temporada y especialmente en D&D tratamos este asunto de una forma especialmente rigurosa, haciendo hincapié en la localización de cada pieza para intentar hacer más realista su transporte y siempre conseguíamos colocarlo de forma coherente, y tras un tiempo decidimos no dar tanta importancia a este aspecto, como dije siempre que se acaten los límites de carga del sistema y encaje dentro de los límites del sentido común.
No sé como tratáis este asunto y me gustaría contar con otros puntos de vista, pero si es uno de esos aspectos quizás secundarios en los juegos de rol y que suele pasar sin demasiada importancia hasta que un día en una partida el equipo puede suponer una gran diferencia.
Y como lo prometido es deuda aquí os dejo esa pequeña anécdota. Estábamos jugando una partida de D&D y recuerdo llevar un guerrero, estamos recién creados. Por aquel entonces portaba como armadura un camisote de mallas, el caso es que por suerte tras un encuentro nos hicimos con una armadura de placas de tamaño humano y que obviamente procedí a cambiar por la mía, hasta ahí todo normal. Y ahora es cuando llegamos al meollo de la cuestión, llegada la noche anuncié al máster que me ponía el ¨pijama¨ dado que la cota de mallas no me permitía descansar cómodamente durante la noche me puse mi anterior armadura ligera que me permitía descansar y estar protegido al mismo tiempo y he de decir que al menos una vez que yo recuerde el pijama cumplió su cometido en una incursión nocturna. Esta treta de viejo rolero como yo la llamo aun nos hace echar unas risas y recordar ese momento pijama, aunque otros no tengan tanto cariño por mi idea.
Bueno espero saber que opináis de la cuestión del equipo en general y de esta pequeña anécdota en particular, que he de confesar que me ha evocado algunos momentos de otras partidas y que me estoy planteando recopilar en algún otro artículo.

2 comentarios:

  1. En el Donjon, en la parte dedicada al equipo, dice algo así como que "un aventurero no debe preocuparse por nimiedades como la contabilidad del equipo", y se limitan a poner un atributo de "equipo", que se tira como si fuera una habilidad, contra una dificultad (que ilustra lo probable que es que el personaje tenga eso en concreto). Si pasas la tirada tienes lo que querias tener, si no, pues no.

    En el Rastro de Cthulhu, por otra parte, existe la habilidad "Preparación", que viene a ser lo mismo: Haces un chequeo, y si lo pasas, tu personaje tiene el objeto en qüestión. Para mas inri, en El Rastro las habilidades son reservas que se gastan en la tirada, por lo que es razonable, incluso, gastar puntos suficientes como para que sea matemáticamente imposible no llevar el objeto que quieres tener.

    En general, este tipo de mecánicas me parecen mas interesante que calcular peso, disponibilidad, precio y tamaño de un inventario que, en realidad, aporta (normalmente) muy poco a la narracion. Sirve de algo que tu personaje lleve toda la campaña un pico, si no lo va a usar? Pues no, solo ocupa sitio en la ficha. En cambio, narrativamente, que mi personaje empiece a hacer el McGiver con lo que llevaba en el bolsillo para improvisar lo que necesita, o invoque un flashback para narrar porque lleva encima, concretamente, una botella de latón, da mucho más juego, y favorece la jugabilidad, que es de lo que va el rol, de jugar.

    Resumiendo: aunque no me molestan los juegos que dan listas de 4 o 5 paginas de equipo, prefiero los que favorecen el uso narrativo de este tipo de elementos, más que convertirlo en algo simplemente contable-sistémico.

    Respecto a la anécdota... será que es muy temprano y aún estoy medio dormido, pero no acabo de entenderla, la verdad...

    Saludos

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    1. Estoy de acuerdo en que resolver el equipo usando un razonamiento narrativo sobre su posesión puede resultar mucho más interesante y beneficioso, realmente me ha resultado muy llamativa la idea y creo que la probare en alguna partida para ver que tal funciona.

      Lo de la anécdota no deja de ser un suceso común, pero lo que quizás no aclare es la diferente interpretación o punto de vista a la hora en que muchas veces hacemos ciertas acciones que nos parecen normales o ocurrentes, como puse en el ejemplo que yo cambiase una armadura pesada que no me permite descansar por otra ligera que me permite dormir a pierna suelta parece una acción totalmente lógica desde mi punto de vista, pero por ejemplo el máster lo vio como una acción un poco ¨ruin¨. El fallo fue mío por no aclararlo, ya para los implicados estaba claro pero para el resto desde luego resultaba confuso y poco conciso.

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