viernes, 17 de febrero de 2012

Cementerio de Personajes (III)


Aquí estoy para ofreceros otra entrega de mis célebres y no tan célebres caídos en combate. Para continuar volveré a cambiar de juego y esta vez nos iremos al mundo de Ciberpunk. Allí tuve la oportunidad de llevar a un mercenario, siendo mi primer personaje en este juego me decanté por un equipo bastante defensivo, implantes y armadura, la verdad un tanque. Dado que no conocía el juego y había oído hablar brutalidades de él, me pareció lo más adecuado y el tiempo me daría la razón. Dado que éramos un grupo de novatos en este juego nos decantamos por un grupo solido (no eso nos parecía a nosotros): dos mercenarios, un técnico y un arreglador, todos armados y equipados hasta los dientes. En nuestra ingenuidad decidimos pertenecer todos a una corporación ya que eso nos otorgaría un buen plus de dinero a la hora de crear los personajes y eso suponía un buen número de implantes y armas adicionales, así que sin dudarlo aceptamos y gastamos el dinero en nuevo equipamiento, pero claro pronto tendríamos que ganarnos ese material. Tras algunas correrías haciéndonos un poco al mundillo la corporación decidió pasarnos la factura y nos instó a robar en una armería de la policía donde había guardados un nuevo cargamento de Bioequipo destinado a la policía y claro, ni nos lo pensamos ya que no solo pensábamos robarlo sino probarlo, es lo que tiene soltar a cuatro novatos embrutecidos en este mundo. Así que ni cortos ni perezosos nos dispusimos a dar el golpe. La verdad parecía hasta bien planeado, atacamos la armería del edificio desde la azotea, ya que estaba en las plantas de arriba volamos la planta superior y entramos disparando y estallando todo lo que se ponía en nuestro camino. El asalto fue brutal sangriento, efectivo y rápido, llegamos sin problemas al Bioequipo y según lo planeado tomamos las maletas y saltamos a la azotea del edificio de enfrente mediante unos cables de acero que teníamos preparados. El edificio de enfrente era un aparcamiento de superficie, y en la planta de arriba teníamos un vehículo dispuesto a sacarnos de allí, así que como acordamos nos metimos en él y nos dispusimos a salir a toda leche, solo que cuando llegamos a las plantas inferíos cerca de la salida un par de vehículos pesados y policías armados con todo tipo de armas pesadas nos devolvieron la visita. Nuestra furgoneta duró dos disparos igual que nuestro técnico, así que heridos y apaleados acabamos subiendo nuevamente hacia arriba a pie en una orgia de disparos, explosiones y destrucción y claro cuando llegamos a la última planta las cosas se pusieron aún más feas ya que en el edifico de enfrente de dónde veníamos nos esperaban más policías y abajo no estaba mucho mejor. A todo esto nuestro arreglador también cayo y nos quedamos solo los dos mercenarios, atrapados como estábamos decidimos intentar a la desesperada escapar, así que sacamos el lanzagranadas y volamos el suelo de nuestra planta y comenzamos a descargar nuestras armas contra el suelo de las plantas mientras bajábamos una tras otra. El plan funcionaba, dejamos a los policías atrás y si descendíamos unas cuantas plantas más estaríamos a pie de calle donde sería más fácil perderlos… desgraciadamente eso no iba a suceder ya que la policía solo tuvo que asomarse a nuestra sucesión de cráteres a lo largo del edificio y disparar sus lanzamisiles para poner fin a esta fiesta de destrucción, esto acabó con la persecución y con nuestros personajes. Sin duda una de las partidas más divertidas y alocadas que recuerdo. Aunque como todas las muertes siempre te dejan una enseñanza: en Ciberpunk nunca estás lo suficientemente armado, nunca estás lo suficientemente protegido y nunca intentes competir en brutalidad y violencia con el máster, por que por muy animal que seas siempre tienes las de perder.

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